Aunque no hayamos estudiado música ni conozcamos a los grandes autores de la música clásica, en este punto no se trata de analizar una obra ni su forma musical, sino de dejarnos llevar por su melodía, de sentirla, y ver si nos conmueve. Es importante seguir nuestra intuición y nuestras emociones, cuando algo nos emociona tenemos que seguir esa emoción, puede desvelarnos muchas cosas de nosotros mismos. Por tanto, intentemos desarrollar esa escucha.
Ahí van unos cuantos títulos de piezas musicales, clasificadas de manera orientativa, pero por supuesto la última palabra la tiene cada uno, pues la música que vale es aquella que nos haga sentir bien, y esto es personal e intransferible, si bien es cierto que hay un tipo de música (como el canto llano o los cuencos tibetanos…) carente de emoción que ya es en su propia escucha una especie de meditación, con grandes poderes curativos. En cualquier caso lo mejor es dejarse llevar… y ver qué pasa… A partir de aquí el criterio lo marcará uno mismo, observando qué sucede. También es algo útil anotar en una libreta las sensaciones que experimentamos en cada escucha. Es complicado hacer una selección de todas las músicas posibles, hay músicas muy bellas esperando ser descubiertas, este es tan solo el principio…
Música para encontrar la calma
- Tomaso Albinoni: Adagio en sol menor.
- Beethoven: Concierto para piano nº 4 en sol mayor.
- L. Janacek: Sinfonietta.
Música para transformar el dolor
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- J.S. Bach: Suites para laúd.
- Palestrina: Motetes.
- Pergolesi: Stabat Mater.
- Giuseppe Verdi: La Traviata.
- T. L. de Victoria: Officium Defunctorum.
- G. Allegri: Miserere Mei, Deus.
Música para superar la adicción y la dependencia
- Pachelbel: Canon en re.
- Rimski-Kórsakov: Sherezade, Op. 35.
- Edward Grieg: En tiempos de Holberg.
Música para superar los miedos
- Johannes Brahms: Sinfonía nº 4 en mi menor, op. 98.
- Haendel: Música acuática, Música para los reales fuegos de artificio.
- Mozart: Sinfonía nº 35 en re mayor.
Música para trascender la depresión
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- J.S. Bach: Conciertos de Brandenburgo.
- M. Praetorius: Terpsícore.
- Rachmaninov: Conciertos para piano.
- F. Poulenc: Mélancolie.
Música para el erotismo
- Ravel: Bolero.
- Chopin: Nocturnos.
- Debussy: El mar.
Música para la ternura y el corazón
- J.S. Bach: Misa en si menor.
- Debussy: Danzas para arpa y orquesta.
- Haendel: El Mesías.
Música para reforzar las defensas
- Debussy: Preludio a la siesta de un fauno.
- Carl Off: Carmina Burana.
- Mendelssohn: Sueño de una noche de verano.
Música para la concentración y la memoria
- J.S. Bach: El clave bien temperado.
- Camille Saint-Saëns: Primer concierto para violonchelo en la menor, op. 33.
- Palestrina: Misa del Papa Marcelo.
Música para la claridad
- Vicenzo Bellini: Casta Diva.
- Monteverdi: Magnificat.
- Haendel: Hallelujah.
Música para dormir mejor
- Erik Satie: Gymnopédies, Gnossiennes.
- J.S. Bach: Variaciones Goldberg (BWV 988).
- Brahms: Sinfonía nº1 en do menor.
Música para estimular la creatividad
- Hector Berlioz: Sinfonía fantástica.
- Mussorgsky: Cuadros de una exposición.
- Joaquín Rodrigo: Concierto de Aranjuez.
Música para estimular y energizar
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- Brahms: Danzas húngaras.
- Aram Khachaturian: Danza del sable.
- Antonio Vivaldi: La “Primavera”, de Las Cuatro Estaciones.
- Stravinsy: El pájaro de fuego.
Música para liberar las emociones
- G. Fauré: Pavane, Requiem.
- Samuel Barber: Adagio para cuerdas, Agnus Dei.
- Puccini: O mio bambino caro.
Música para madre e hijo
- Beethoven: Romanzas para violín y orquesta.
- Camille Saint-Saëns: El carnaval de los animales.
- Mozart: La flauta mágica.
Música para la belleza, el misticismo y la introspección
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- Hildegard von Bingen: Voice of the Blood
- Llibre Vermell de Montserrat.
- Canto gregoriano.
- Música antigua.
- Las Trobairitz.